martes, 14 de julio de 2009

Como ayudar a nuestros niños a dejar los pañales


Para encontrar el momento apropiado para sacarle los pañales a tu hijo, es necesario que él o ella de señales que muestren que está en condiciones físicas y emocionales para hacerlo. Más allá de la época del año o su edad cronológica, es necesario observar si tiene intenciones y ganas de empezar a intentarlo.
El control de esfínteres no se logra de un día para otro. Es un proceso que necesita tiempo, respeto y fundamentalmente acompañamiento. Es un trayecto desprolijo en el que no hay reglas rígidas ni recetas pero sí algunas adquisiciones previas que le permitirán comenzar con mejores posibilidades de vivirlo con alegría.
Para poder estar preparado para empezar hay ciertas pautas básicas a tener en cuenta. Se debe observar si cuando esta por hacer pipí o caca se esconde, si avisa antes, durante o después que se hizo en el pañal, o si es un tema que aun no le produce interés y preocupación. Hay distintas instancias en este proceso que pueden presentarse o no:

Hace pipí y caca en el pañal, sin importarle el control.
Avisa que se hizo luego de que están sucios.
Avisa mientras está evacuando.
Registra la necesidad fisiológica de hacer pis y caca y puede avisar antes.
Tiene ganas, avisa y llega al baño sin que se le escape. Puede esperar; esto mostraría el registro de las sensaciones que provienen de su cuerpo.
Hay que observar si puede expresar su deseo de ir a hacer pis al baño y probar qué pasa, ya sea en una pelela o en el inodoro tratando de imitar a los adultos. A través de estos primeros juegos se empieza verdaderamente a vivir la experiencia de ver qué se siente y qué respuesta de los adultos obtiene cuando lo logra o no lo logra. Más allá del resultado es recomendable valorar su intento. Ver si desea sacarse los pañales por sí mismo o permanece mucho tiempo con ellos mojados que nos estaría hablando de su molestia de tenerlos; si su pañal se mantiene seco por varias horas, especialmente de noche, significaría que ya físicamente puede retener en su vejiga.

Otra pauta evolutiva es si ya habla y con su primer vocabulario, pide a su manera lo que quiere expresando palabras tales como “no, mío, acá, salí”. La expresión de sus emociones muestra que ya se da cuenta que es una persona diferente de mamá y papá y puede comenzar a tomar algunas decisiones por sí mismo con cierta autonomía, como por ejemplo elegir controlar lo que sale de su cuerpo y cuándo. Por lo tanto es importante escucharlo.

Generalmente son niños que ya han podido despedirse del chupete, de la mamadera, duermen sin barrotes y están despreocupados de lo referente a la zona oral, vinculada al chupeteo y la succión
Observar si intenta y puede subirse y bajarse el pantalón solo; esto nos hablaría de sus posibilidades motrices para valerse por sí mismo en el momento de iniciar el proceso de control. Que reconozca las nociones adentro - afuera, arriba - abajo, adelante - atrás, que implican también un reconocimiento de su esquema corporal básico.

En primera instancia, controlar esfínteres no es tarea sencilla. Es uno de los grandes hitos en el desarrollo de los niños pequeños, que marca un final de la etapa de bebé para comenzar a vivir experiencias diferentes que el mundo tiene para ofrecerle, donde todo no puede ser satisfecho aquí y ahora. Donde hay un lugar y un tiempo para cada cosa, y el controlar su cuerpo representa la posibilidad de reconocer que a veces hay que aguantar, esperar hasta llegar al lugar indicado para hacerlo.
Por lo tanto, abandonar los pañales es un proceso con idas y vueltas y puede dar un poco de miedo.

Lo importante es no presionarlos para que de entrada lo logren exitosamente, ni adelantar ni retrasar los tiempos propios de cada niño. Todos los chicos controlan en algún momento. El tema es cómo lo hacen. Esto se produce aproximadamente entre los dos y los tres años y medio, con escapadas esperables hasta los seis años.

Es una experiencia nueva, y para que sea vivida como un aprendizaje y no como un adiestramiento, reconocer los logros previos que ya tiene posibilitará que sea vivido con placer y orgullo por toda la familia pero especialmente por el niño. Lo importante es no desesperarse, no enojarse, no dar dobles mensajes, no exigirles ni presionarlos, ni tampoco postergar el comienzo cuando hay un deseo por parte del pequeño.
Algunos datos para tener en cuenta:

Por lo general el niño comienza a controlar primero de día y luego de noche.
Normalmente se controla primero el pis y luego la caca (incluso a veces piden el pañal para evacuar, porque si no, no quieren hacerlo).
Las niñas suelen lograr el control un tiempo antes que los varones.
El 90 por ciento de los niños controla esfínteres entre los dos y tres años sin necesidad de ser entrenados.
El control definitivo se da aproximadamente a los seis años.
Ante cualquier situación especial es esperable que se den retrocesos.
Existe el “shock de la primera vez”. Entre la primera vez que deposita su pis y/o su caca en la pelela o inodoro y las siguientes pueden pasar entre una semana o varios meses.
Por lo tanto, tengamos presente que podrá lograrlo cuando esté preparado para hacerlo. Si lo observamos y lo acompañamos, no obstaculizaremos este nuevo descubrimiento y lo podrá vivir placenteramente y apropiándose de él.
Lic. Alejandra Libenson
Educared

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