lunes, 6 de febrero de 2012

Articulo de Navidad para la revista Salud SA

http://www.vivesaludtotal.com/index.php/vida-total/familia/70-una-ilusion-llamada-papa-noel.html

Más allá del consumismo y los regalos, es posible darle un valor positivo a este personaje. Pero en algún punto de la infancia, los chicos caen en cuenta de la verdad. ¿Cómo ayudarlos a manejar el desconcierto?
Desde que tenemos memoria, siempre hemos vivido la época de Navidad con un personaje inconfundible y mundialmente popular: Papá Noel. Es llamado de diversas formas -Santa Claus, San Nicolás o Viejito Pascuero- y, dentro del pensamiento occidental, es el encargado de llevar los regalos en Navidad a los niños que se portan bien.

En la actualidad, es más que nada un personaje mediatizado y de consumo, pero aún así miles de niños creen que existe y que es el representante del auténtico espíritu de la Navidad. ¿Cuán saludable es que los chicos crean en él? ¿Está bien alimentar esta fantasía? Y la interrogante más inquietante para los padres: ¿Cómo ayudar a sus hijos a manejar el desconcierto cuando descubren la verdad acerca de esta figura ficticia? A continuación, Paz Muzio, psicóloga infanto-juvenil, nos ayudará a encontrar las respuestas.



El pensamiento mágico infantil
Hay que partir de la idea de que el peso o la fuerza que tiene el personaje de Santa Claus en la mente de un niño depende mucho de su entorno familiar. Hablar de que si es saludable o no que un niño crea en Papá Noel no es lo realmente importante, pues los chicos son propensos a los cuentos de hadas, las historias fantásticas, los mitos y leyendas, en fin, a tener un pensamiento mágico en general.

En general, todo mito o leyenda cae por sí sola con la natural introducción del razonamiento lógico en el pensamiento a la edad de 6 ó 7 años.

Hasta alrededor de los 6 ó 7 años, los niños tienden a pensar que el mundo está dominado por lo mágico. Por lo tanto, su pensamiento está centrado más que nada en su fantasía e imaginación. Este tipo de pensamiento es natural y hasta positivo, ya que ayuda a alimentar o a reforzar su pensamiento cognitivo.

Después de los 7 años, el pensamiento lógico empieza a apoderarse cada vez más del razonamiento de los niños: Ellos por sí mismos comienzan a cuestionarse cosas, a entender que existen parámetros imposibles y que el mundo está más bien regido por leyes naturales y lógicas.

Además, dejando un poco de lado el pensamiento posmoderno, mediatizado y comercializado de Papá Noel, y teniendo en cuenta los orígenes del personaje, se puede aprovechar y transmitir la figura generosa, protectora y bondadosa de Santa, como un ser que, más allá de las condiciones económicas, trata a todos los niños por igual, ofreciéndoles un regalo a cada uno. También existe una especie de moraleja o valor detrás de esta figura, ya que, según el pensamiento consuetudinario, los niños deben portarse bien durante todo el año y acumular buenas acciones para hacer que el Viejito Pascuero les visite el 24 de Diciembre.

El valor del personaje
El valor del personaje depende de la formación y educación que los padres den a su hijo, y del sentido que la familia le dé a la Navidad. Por ejemplo, si para una familia esta festividad no tiene más que un sentido comercial, el niño asociará todos los elementos de la época (incluyendo a Papá Noel) con ese aspecto. O por lo contrario, una familia puede alimentar la figura de Santa Claus de manera positiva en un niño haciéndole pensar que es un hombre generoso y un buen ejemplo a seguir. De esta forma, se puede inducir al pequeño a regalar un juguete viejo a un orfanato por cada dos regalos que recibe. Así, un niño, aunque crea en la existencia de San Nicolás, cultivará valores cada vez más alejados del desbordante consumismo navideño.

También es importante hacer que los niños valoren sus acciones y sepan que si reciben un regalo es porque acumularon buenas acciones, fueron obedientes, etc


El momento de la verdad
En general, todo mito o leyenda cae por sí sola con la natural introducción del razonamiento lógico en el pensamiento a la edad de 6 ó 7 años. El niño por si sólo empieza a hacerse ciertas preguntas, y a darse cuenta de que la idea de que existe un hombre que viaja en un trineo volador y entrega regalos a todos los niños del mundo en tan solo una noche es descabellada.

En estos casos, los padres quizá se sientan afortunados, ya que no tienen la difícil tarea de hacerles enfrentar la cruda verdad a su hijo. Lo recomendable es que ellos respondan todas las preguntas de su pequeño y que lo acompañen en este proceso de maduración.

Sin embargo, se da el caso de que un niño, a sus 8 años, sigue pensando en que San Nicolás lo visitará en Navidad. Esta tardanza de maduración puede ocasionar conflictos en la mente del infante y hasta rechazo (en el ámbito escolar, por ejemplo).

Ante ello, los padres tienen el deber de introducir gradualmente y con paciencia la verdad acerca de este personaje. Una buena forma de hacerlo es equiparar la figura de Santa Claus con una película, o un libro de cuentos, para que el niño pueda asociarlo con aquello que es ficcionario. Si, por ejemplo, alguien en la escuela le dijo al niño que Papá Noel no existe, lo mejor es explicarle la verdad, contarle los orígenes del personaje, y hacerle entender la diferencia entre lo real y lo mágico.

Fuente
Dra. Paz Muzio
Psicóloga infantojuvenil
Teléfono: 090072889

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