domingo, 2 de agosto de 2009

1 AL 7 DE AGOSTO: SEMANA INTERNACIONAL DE LA LACTANCIA MATERNA



La Licenciada Alicia Mollo ofrece los consejos más útiles a la hora de amamantar.
1- Examen de los pezones
2-Tipo de pezones
3- Cuidados del pezón


El amamantamiento es una especial relación, en la cual, yo mamá, aprendo a conocer a mi hijo, y él aprende a conocerme a mí.

Amamantar es un hecho natural, pero como cada hijo es un ser diferente, las mamás debemos estar informadas y preparadas para poder hacer transitar a nuestro bebés por este hecho con éxito.

1- Examen de los pezones

Nosotras podemos pedirle a nuestro médico obstetra que realice el examen de nuestras mamas; pero además mediante un ejercicio sencillo podemos nosotras mismas reconocer que tipo de pezón tenemos.

Colocar el pulgar y el índice cerca de la base del pezón y presionando suavemente, podemos sentir donde termina el tejido del pecho y comienza el del pezón.

2-Tipo de pezones
Pezones protráctiles o salientes
Pezones planos o pequeños.
Pezones retráctiles (que se retiran dentro de la mama al pinzar la aréola).
Pueden ser falsamente umbilicados que salen espontáneamente o con el frío; o verdaderamente umbilicados.
En este último caso la madre puede usar escudos formadores a partir del cuarto o sexto mes de embarazo, empezando una hora por día y agregando una hora más cada día hasta llegar a usarlos en forma permanente.

En algunas madres se hace necesario el uso de bombas extractoras de leche, manual o eléctricas, para terminar de sacar el pezón hacia afuera.

3- Cuidados del pezón

Los elementos fundamentales para el cuidado del pezón son ALAS:

Aire:
Airear los pezones sirve para perder la sensibilidad dolorosa que tienen algunas madres y para fortificar la piel. Para airear, se puede usar un corpiño con la tapa baja para amamantar o realizar un par de orificios en la punta de cualquier corpiño de manera que el pezón y la aréola puedan salir a través de él. Se aconseja que el corpiño a utilizar sea un corpiño que ajuste sin comprimir.

También se pueden usar los escudos aireadores o en su defecto, un colador de té de plástico al que se le corta el mango. Debe ser colocado con la punta mirando hacia afuera entre la mama y el corpiño.

Lubricación:
El pezón y la aréola tienen una grasa natural que los mantiene lubricados durante el embarazo.

Por eso es conveniente que la mamá no lave el pezón y la aréola durante el embarazo y la lactancia con jabones o productos que contengan alcohol o glicerina.

No es recomendable el uso de cepillos o esponjas, ni de ningún otro tipo de elemento abrasivo, pues estos tienden a secar y cortar la delicada piel del pecho.

Sí es recomendable aplicar luego del baño, algún elemento lubricante como por ejemplo crema de caléndula o una gota de calostro del propio pecho .

Colocar el índice y pulgar extendidos sobre el borde de la aréola y luego empujar la mama hacia atrás. Simultáneamente, cerrar los dedos en movimiento de pinza tratando que se toquen por detrás de la aréola.
Esta misma maniobra puede realizarse para la extracción de la leche después del nacimiento.

Maniobra de la extracción de la leche. (Sacado de la serie PALTEX, Módulo para capacitación sobre la lactancia materna).

Agua:
La higiene diaria con agua corriente, sin ningún otro agregado, bastará para limpiar los pezones, tanto durante el embarazo como en la lactancia.

Sol:
Exponer los pezones al sol directo (no a través de un vidrio) empezando con tomas de cinco minutos hasta llegar a los veinte minutos diarios ayudará a fortificarlos. Respetar los horarios restringidos.

La piel del pezón durante el embarazo debe adquirir elasticidad. Para ello, la mamá deberá realizar dos series de diez repeticiones de cada uno de los siguientes ejercicios.

Para realizar estos masajes, deberá colocar con anticipación, cualquiera de los elementos indicados en lubricación.

Si durante la realización de estas maniobras se produjesen salvas de contracciones, aunque nuestra experiencia indica que no son de parto, aconsejamos detener los masajes y realizarlos en otro momento del día.

Colocar las manos en sentidos opuestos y realizar un masaje suave desde la base de la mama hacia la punta del pezón. Repetir el masaje diez veces.

Con los dedos índices estirar suavemente en todas las direcciones.

Con los dedos índice y pulgar suavemente como dando cuerda al reloj.

Con los dedos índice y pulgar dar pellizcos suaves tirando del pezón hacia afuera.
AMAMANTAR POR PRIMERA VEZ:
Algunas recomendaciones tomadas de la experiencia de miles de mujeres pueden servir a la mamá reciente.
Lo mejor es comenzar con el amamantamiento lo más pronto posible después del parto, preferentemente en la primera hora de vida del bebé. En muchas ocasiones, él estará despierto, tranquilo y receptivo para alimentarse.

Algunos bebés se prenden rápido y vigorosamente al pecho y succionan enérgicamente durante varios minutos. Otros, en cambio, lamen el pezón, saborean unas gotas de calostro y se toman su tiempo antes de empezar a mamar.

Cada bebé tiene su propio estilo, y el amamantamiento facilitará a cada madre entender el de su bebé.

También la mamá puede tomarse el tiempo que necesite para darle la bienvenida a su bebé antes de ofrecerle el pecho. Llamarlo por su nombre, acariciarlo o mirarlo, simplemente favorecerá el vínculo entre ellos. Este contacto íntimo, el olor de la piel de su mamá, escuchar su voz o los latidos de su corazón serán un excelente estímulo para comenzar con la lactancia.
Primeras semanas
Molestias que pueden presentarse

Entre el segundo y el sexto día después del parto, se produce la bajada de la leche. Durante esos días los pechos estarán calientes, pesados y endurecidos. Esto se debe al aumento de la cantidad de sangre y líquidos acumulados en el tejido de soporte, y al comienzo de la producción de leche. Esta situación puede causar incomodidad, pero no debe ser motivo de preocupación, ya que es transitoria y desaparece en uno o dos días.

¿Cómo resolver esas molestias?

- Comenzando con la lactancia lo más pronto posible después del parto.

- Tratando de amamantar con frecuencia.

- Estimulando, antes de dar el pecho, el reflejo de bajada de la leche. Ello se consigue colocando compresas tibias sobre los pechos o con una ducha de agua tibia, masajeando suavemente y con ambas manos el pezón.

- Ablandando la aréola antes de amamantar (por ejemplo, con agua tibia y masajes o mojar un pañal en agua caliente y colocarlo sobre el pecho).

- Consiguiendo un estado de relajación.
Si después de amamantar los pechos siguen congestionados, puede intentarse lo siguiente:
- Extraer leche en forma manual o con un extractor hasta sentir alivio, pero recordando que no es necesario vaciar los pechos.
- Colocar una compresa fría sobre los pechos para reducir la inflamación.

Posiciones para amamantar
Una técnica correcta es la base para una lactancia sin inconvenientes. Algunas mamás prefieren amamantar acostadas con el bebé a su lado o sentadas con el bebé en brazos. Lo importante es que ambos se encuentren cómodos y relajados.

Clásica La cabecita del bebé apoyada en la articulación del codo materno. Una almohada entre su cuerpito y la falda de la mamá le dará al bebé un apoyo seguro en caso de ser muy pequeño, y dará descanso al antebrazo de su mamá.
Acostada Acercar el bebé al pecho, de modo que ambos queden enfrentados "panza con panza". Una almohada colocada en la espalda de la mamá y otra entre las rodillas la ayudará a estar más relajada.
Invertida El bebé apoyado sobre una almohada debajo del brazo de la mamá, del lado que se vaya a amamantar. Sostener los hombros del bebé y la base de la cabeza colocando la mano por debajo de las orejas. Esta posición permite alimentar a mellizos en forma simultánea. También es útil en caso de cesárea y en recién nacidos prematuros. Facilita el vaciado inferior y exterior de la mama.

Cualquiera sea la posición elegida para amamantar debe tenerse en cuenta lo siguiente:

- La cabeza y el cuerpo del bebé deben estar alineados.

- Su cara ha de estar mirando el pecho, y su mentón apoyado sobre la mama. Es muy importante el contacto corporal.

- Su cuerpito tiene que estar en contacto con el de la mamá. En caso de que sea recién nacido, hay que darle apoyo a las nalgas.

- Sujetarse el pecho con la mano abierta ayudará a que el bebé se agarre mejor al pezón. Esto es muy conveniente si los pechos son grandes.

- El labio inferior de la boquita del bebé debe estar hacia fuera.

- Una sugerencia: Con el pulgar por encima de la aréola y los otros dedos por debajo, extraer una gota de calostro para animar al bebé a mamar.

- Estimular suavemente el labio inferior del bebé con el pezón hasta que abra bien la boca. Acercarlo hacia el pecho, cuidando que el pezón y gran parte de la aréola queden dentro de su boca.

Los ojos del bebé buscarán los de su mamá porque la mirada comunica amor y cuidado, ingredientes fundamentales de una buena lactancia.
Bibliografía súper recomendada: El arte de amamantar a su hijo, Dr. Beccar Varela. Es la biblia de la lactancia!!!

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