lunes, 21 de septiembre de 2009

¿La inteligencia se construye?

Abordar cuestiones vinculadas a la inteligencia es una tarea compleja ya que aún hoy en día no hay una única definición al respecto. De origen latino, “intelligentĭa”, proviene de “inteligere”, palabra compuesta por: intus "entre" y legere "escoger", lo que etimológicamente significa “quien sabe escoger”. La inteligencia sería entonces la capacidad mental que permite elegir las mejores opciones para resolver una situación compleja. Implica la puesta en juego de diferentes habilidades como el razonar, planificar y resolver de manera práctica o abstracta diversas situaciones problemáticas, es decir, una buena comprensión y adaptación al entorno. La comunidad científica aún no ha logrado ponerse de acuerdo y, según desde el paradigma desde el cual se la analice, será diferente la perspectiva planteada al respecto.
Existe una polémica, respecto del origen, en determinar si la inteligencia es heredada, es decir, genéticamente condicionada o si la misma se desarrolla a partir de la influencia social, de allí las diferentes definiciones sobre la misma.

Algunos referentes del ámbito educativo como son J. Piaget y L. Vigotsky también plantean diferencias en cuanto a la construcción de la inteligencia. Si bien los dos reconocen que las destrezas cognitivas se desarrollan teniendo en cuenta a los sujetos y su entorno social, ellos difieren en cuanto a la determinación de lo social al respecto. Piaget puso el acento en el niño, y los conflictos individuales que se suscitan en su relación con el medio mientras que Vigotsky plantea la influencia de lo social como condicionante del desarrollo cognitivo.Por otro lado, en relación a las manifestaciones de la inteligencia, la misma no puede definirse sólo a través del desarrollo de habilidades vinculadas con un único recorte de la realidad (p, ej, históricamente los test de inteligencia sólo miden aspectos lógico matemáticos). Las características intelectuales varían de persona a persona y también en un mismo sujeto podría variar a lo largo de su vida, según las circunstancias que se le planteen.Howard Gardner, psicólogo norteamericano de la Universidad de Harvard, escribió en 1983 un trabajo llamado “Las estructuras de la mente”, en el que consideraba el concepto de inteligencia como un potencial que cada ser humano posee en diferentes aspectos de su desarrollo, que no puede ser medido por instrumentos normalizados en test de CI (coeficiente intelectual) sino que debe ser observado a través de diferentes criterios, en distintos ámbitos. Fue el creador de la Teoría de las Inteligencias Múltiples y propuso la distinción de los siguientes tipos de inteligencia:

Inteligencia Lógico-Matemática: Es la habilidad que poseemos para resolver problemas tanto lógicos como matemáticos. Comprende las capacidades que necesitamos para manejar operaciones matemáticas y razonar correctamente.

Inteligencia Lingüística-Verbal: Es la fluidez que posee una persona en el uso de la palabra. Se expresa a través de la destreza en la utilización del lenguaje, haciendo hincapié en el significado de las palabras, su orden sintáctico, sus sonidos.

Inteligencia Visual-Espacial: Es la habilidad de crear un modelo mental de formas, colores, texturas. Está ligada a la imaginación. Una persona con alta inteligencia visual está capacitada para transformar lo que crea en su mente en imágenes, tal como se expresa en el arte gráfico.

Inteligencia Corporal-Cinética: Es la habilidad para controlar los movimientos de todo el cuerpo, para realizar actividades físicas. Se usa para efectuar actividades como deportes que requieren coordinación y ritmo controlado.

Inteligencia Musical: Es la habilidad que nos permite crear sonidos, ritmos y melodías. Nos sirve para crear sonidos nuevos para expresar emociones y sentimientos a través de la música.

Inteligencia Interpersonal: Consiste en relacionarse y comprender a otras personas. Incluye las habilidades para mostrar expresiones faciales, controlar la voz y expresar gestos en determinadas ocasiones. También abarca las capacidades para percibir la afectividad de las personas.

Inteligencia Intrapersonal: Es nuestra conciencia. Nos permite entender lo que hacemos nosotros mismos y valorar nuestras propias acciones.

Inteligencia Naturalista: Consiste en el entendimiento del entorno natural y la observación científica de la naturaleza como la biología, geología o astronomía (1)

En síntesis, la inteligencia es la capacidad que tenemos de lograr adaptaciones ajustadas al entorno. Se manifiesta a través de diferentes conductas que abarcan una amplia diversidad de aspectos. Si bien todos nacemos con el potencial para su desarrollo, la misma sólo se construirá a partir de las situaciones problemáticas con las cuales interactuemos, que nos lleven a buscar soluciones creativas y originales, adaptadas a cada circunstancia.Desde los primeros días de vida, los bebes están expuestos a estímulos que deben comprender y significar. A medida que los niños van creciendo e interactuando con otros, (pares y adultos) se van complejizando las situaciones vitales a las cuales deben adaptarse, lo que promueve el desarrollo de variadas estrategias para aprender de las mismas o crear soluciones en los casos que fuese necesario. Por eso resulta imprescindible brindarles desde la primera infancia contextos enriquecidos en estímulos, sin abrumarlos. Ofrecerles diferentes oportunidades para:
Jugar con otros: tanto con compañeros de edades similares como con adultos significativos, ya que esto los lleva a aceptar ideas y opiniones diferentes a las propias
Jugar a solas: es importante fomentar la capacidad de estar a solas con uno mismo
Participar en reuniones familiares valorando el sentimiento de pertenencia a un grupo social
Realizar paseos: ver obras de teatro, películas, ir a museos y recitales de música y de esta manera incorporar parte de la cultura que los rodea
Tener a mano materiales escritos como revistas, libros, periódicos, folletos, etc. aunque aun no sepan leer de manera convencional
Dibujar con distintos materiales y sobre diferentes soportes como hojas blancas, de colores, papeles de diarios, cartones, etc.
Realizar salidas a parques y plazas con areneros y “grandes aparatos” (sube y baja, calesitas, toboganes, hamacas, etc.), promoviendo tanto buenos hábitos de salud como la vida al aire libre y el desarrollo de la motricidad gruesa

Las experiencias que abarcan los primeros años de vida son fundantes en lo que respecta al desarrollo de los aspectos subjetivos, sociales y cognitivos de las personas. La inteligencia, que se despliega en todos esos ámbitos, requiere ser tenida en cuenta no sólo desde la responsabilidad de los padres sino también desde las políticas públicas que deberían contemplar los derechos de la primera infancia, entre otros: “Acceso a una vivienda digna, régimen de comidas diario, servicios de salud e instituciones educativas”, para que todos los niños tengan al menos las mismas condiciones como punto de partida.
Lic. Silvina Galanterni
Fuente: EDUCRIANZA

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